Hoy es Domingo. Quería ir al mercado, pero antes tenía pendiente preparar los Mejillones a la marinera, pues le prometí a mi marido que se los haría. En el momento de escribir este texto, ya es por la tarde y nos los hemos comido, estaban muy ricos y no he dejado de acordarme de mi hijo que se que ¡¡ le encantan !!. En cierto modo es por eso que me he obligado a prepararlos hoy, porque cuando comencé con el blog, le dije que esta era una de las recetas que quería publicar y le gustó la idea. Me consta, que ya los preparó en su día y muy bien por cierto, espero que esto le sirva de recordatorio, por si acaso se le olvida algún ingrediente. Y de paso si alguna de las personas que entran a visitarme, quiere probarlos ¡¡ adelante !! seguro que le gustarán .
INGREDIENTES :
1 Kg de mejillones
2 cebollas grandes
1 lata de tomate triturado de 400 gr
3 cucharadas de tomate frito de bot
1 vaso grande de vino blanco
1 vaso grande de vino blanco
1/2 c/c de pimentón picante
2 hojas de laurel
1 L de agua de abrir los mejillones
1/2 L de caldo de pescado
*1 picada
perejil
* Picada :
4 dientes de ajo
3 avellanas
4 almendras
10 o 12 piñones
2 bastones de pan de los pequeños ( picolines )
2 bastones de pan de los pequeños ( picolines )
ELABORACIÓN :
Empezamos friendo el tomate, reservamos. Limpiamos bién los mejillones y los ponemos en una olla con 1 litro de agua para que se abran. Pelamos las cebollas y las trituramos. En una cazuela ancha, ponemos 5 o 6 cucharadas de aceite, echamos las cebollas con una pizca de sal y las dejaremos cocinar con el fuego muy bajo, cuando veamos que están transparentes incorporamos el pimentón, en seguida el tomate que hemos frito anteriormente y las tres cucharadas de tomate frito de bote ( este último lo pongo, para que le de un poco más de color a la salsa ), al momento incorporamos el vaso de vino y dejamos que se evapore el alcohol. Colamos el agua de los mejillones y la ponemos en el sofrito junto con el 1/2 litro de caldo de pescado y dos hojas de laurel, dejamos cocinar diez minutos a fuego medio para que se unan los ingredientes. En esos minutillos, hacemos la picada, la podemos hacer en un mortero o también se puede picar en un robot de cocina, cuando esté bien picadita, la desleímos con un poco de caldo del preparado que tenemos al fuego y la incorporamos al mismo. Ahora es el momento de echar nuestros mejillones, yo no les quito ninguna valva, me gusta dejarlos enteros para poder pescarlos mejor y utilizar una de ellas como cuchara para la salsita que está muy muy rica. Espolvoreamos con perejil. Apagamos el fuego y los dejamos que reposen. A mí me gusta hacerlos por la mañana, para comerlos a mediodia así todos los sabores están bién amalgamados. Como veis, no hemos echado nada de sal en el plato ( solo en la cebolla ), pues el tomate ya lleva su sal, el caldo se supone que también y el agua de los mejillones lleva la sal del mar ( que sueltan los mejillones ), de todas maneras cada uno antes de echar los mejillones, si quiere probar y le apetece echar una pizca, pues a su gusto. ¡¡ Que aproveche !!
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